Basado en el Ecto 1 de los Cazafantasmas, Pablo Suárez forra su camioneta wayin de papel maché, todo con la intención de hacer una piñatota del carro cazafantasma, sin embargo, por temporada de lluvias, el carro se construía, y a las 2 noches caía una tormenta sobre él, sino es que hasta ese mismo día. Se utilizaban mantas y lonas para protegerlo pero aún así, algunas partes se mojaban, o por la humedad otras se doblaban y deformaban. Este proceso era llevado a cabo en Villas de la Hacienda, Estado de México, pero al parecer no llevaba a ninguna parte.
Luego de aproximados 3 meses de trabajo, el carro de maché se recortó y se llevó al Cenart, donde, ya en el taller de monumental de la Esmeralda, con ayuda de banquitos y maderas se pudo "terminar" el vehículo, aunque ya más deformado que nada.
El carro se suponía debía de ser expuesto en las muestras semestrales, las cuales en el caso de las de escultura se tienen que montar un día antes, pues otravez llovió. Los dos días que se expuso llovió; el primero se tapó, pero igual se deformó, y ya el segundo se dejó morir.
Ecto BR
La relevancia del proyecto consistió entonces en la constante construcción y reconstrucción de una pieza, como una lucha de supervivencia, alimentando así de vitalidad a algo que supoía debía de ser algo estático, vanal y pop. En tiempos de la Sinfonía de la Deconstrucción, el construir, destruir y deconstruir alimentaban perfecto los fundamentos de una experiencia artística, algo como esta, donde al final, la escultura pasó a un segundo nivel, y su proceso constructivo y reconstructivo fue lo más importante.
domingo, 9 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario